Queridos hijos, decid vuestro sí a la llamada del Señor y sed fieles al Evangelio de Mi Jesús. Sed defensores de vuestra fe, pues el Señor necesita vuestro testimonio. No os desaniméis. He aquí el tiempo de las grandes confusiones espirituales. Abrazad la verdad y no permitáis que las falsas ideologías os aleje de la verdad. Quedad con la Iglesia. Yo soy vuestra Madre dolorosa y sé lo que viene para vosotros. Un acontecimiento doloroso se dará en Bandung y se repetirá en Chile. Doblad vuestras rodillas en oración. Una vez más, rezad mucho delante de la cruz suplicando Misericordia de Jesús. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.