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458 – Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz, transmitido el 02/11/1991

Queridos hijos, la paz sea con vosotros. Soy la Reina de la Paz. Me presento a vosotros como la Reina de la Paz, con el fin de concientizaros de la gran importancia de la Paz para la Humanidad. Continuo en deciros que debéis estar siempre a mi lado, pues el mundo necesita hoy más nunca de mi auxilio y de la misericordia de mi hijo Jesús, Nuestro Señor Jesús Cristo. Vuelvo a deciros que debéis tener cuidado, pues Satanás es fuerte y sabe cómo engañaros. Continúen sin cesar en la oración. Recordad que mi hijo Jesús aún trabaja en vuestros corazones, aquella reconciliación que hace posible la unidad de la Iglesia. Conscientes del don precioso que Dios os ofrece, trabajad, orad y ofreced vuestros sacrificios día a día, por la unidad, la unidad todos los que creen en Cristo. No digáis solamente que creen en Dios, sino también estad listos para dar testimonio de la verdad acerca a su resurrección. No tengáis miedo de los obstáculos. Tened coraje. Mi hijo venció al Mundo. Si encontrares dificultades en su camino, llamad por mi hijo Jesús. Él no los abandonará. Recordad que todos vosotros han recibido una parte de la plenitud que vivió mi hijo Jesús y por medio de él os es otorgada, mientras hagáis vuestra peregrinación terrena rumbo a la unión con el Padre. Dios, como Padre providente, no os abandonara. Él os exhorta a dejar las tinieblas y a seguir sus orientaciones, que conducen donde la vida es en la luz y en donde el temor es alejado. Mi hijo, el siervo manso, enviado como alianza del pueblo santo es luz de las naciones, les enseña cuan gran y benéfica es la fuerza puesta a disposición de la caridad. Así, el corazón humano se convierte en morada de la misericordia, de la verdad y la existencia cotidiana se desarrolla en la justicia y en la paz. Destarte, los conflictos y su peso desagregador se disuelven y el espíritu de cada uno se abre a la gana y a la sabiduría de Dios, conformándose a su sapiente designio sobre el mundo. De esta forma, los conflictos y su peso disgregador se disuelven y el espíritu de cada uno se abre a la voluntad y a la sabiduría de Dios, conformándose a su designa sabiduría sobre el mundo. En estos vuestros tiempos en que, infelizmente, aún existen desequilibrios múltiples por la falta de amor y de confianza en relación a Dios y a la justicia; es más del que nunca es importante el testimonio de quien basa su vida en la escucha y en la contemplación de Dios para servir después a los hermanos, inspirándose en su amor gratuito y misericordioso.

AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS

El amor es muy importante para todos vosotros, por eso debéis siempre amar. Esforzaos por seguir el ejemplo del hijo de Dios, Jesucristo, que quiso salvar al mundo mediante la humillación de la Cruz por amor a todos los hombres. Si no amáis, no haréis parte del Paraíso prometido. Por lo tanto Amad, amad, amad. No guardéis sentimientos de odio o deseo de violencia en vuestros corazones, sino procuren imitar en el ejemplo y en las palabras de mi hijo Jesús. Mi hijo es vuestro gran amigo y espera de vosotros un comportamiento santo, que no ofenda vuestros hermanos y sobre todo al Cielo. Grande es mi deseo de verlos crecer en el camino del amor. No retrocedáis. Entregaos a mí con entera confianza. Soy vuestra Madre y vine del cielo para ofreceros la posibilidad de tiempos de paz y de esperanza. Cuando sentiros el amor de mi hijo Jesús en vuestros corazones, conseguiréis imitarlo y adorarlo incesantemente. Si os entregáis enteramente en las manos Señor, seréis capaces de comprender su gran llamado: “Venid a Mi”. Él es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Él es también, quien está de brazos abiertos a vuestra espera, pues sabed que él los creo a su imagen y semejanza. Creed en el Santo Evangelio. Rogaré a Dios Padre que nunca os falte la palabra viva, que os purifique y que sea para vosotros principio de conversión. A través de ella, comenzad la transfiguraros y anticiparos vuestra convivencia con el Padre, en la expectativa de la visión profética de la eternidad.

Si cada mañana, abrieres el Evangelio, Mi Jesús os dirá en lo más íntimo del corazón: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Deseo ardientemente tu salvación. Soy Yo, Jesús, tu Salvador quien habla: escuchadme, yo soy en todo quien hace tu vida feliz o difícil. Soy Yo, por la fe, por la esperanza, por el amor. Soy yo fundando una familia: es la vocación de la gran mayoría. Soy yo en los servicios hacia tus hermanos, en la solidaridad hacia con tu pueblo: es también la vocación de todos. Soy yo consagrando tu vida como sacerdote, como religioso o religiosa: es esta la vocación de algunos para que mi presencia sea manifestada en mi Iglesia. Así, vuestro dialogo crecerá día a día y con seguridad vuestra vida cambiara. El Evangelio abre a la humanidad perspectivas de paz, en razón mismo del mandamiento del Amor, que mi hijo Jesús os dejo. Es fuente de verdadera Paz entre Dios, porque es el Padre que está en el origen de toda Paz junto de con los hombres. Rezare para que seáis penetrados por el Espíritu de la Paz de Cristo, para os convertiros en constructores de la Paz y de solidaridad. La Palabra de mi Hijo os fortalece y les da coraje. Esforzaos todos, a fin de que el evangelio de Jesús sea vivido por todos que lo buscan. Alimentaos de la palabra de Dios y de la Eucaristía. Enfrentad con coraje y esperanza los momentos difíciles, las pruebas de la vida, inclusive las tentaciones y superarlas dentro de lo posible con alegría. Con gran confianza en mi extraordinaria protección, id adelante sin desanimo. Respetad los sentimientos de vuestros hermanos y tratad de estar a disposición hacia los más necesitados. Si actuares conforme os digo, Jesús vivirá cada vez más en vosotros y os tornará siempre más sus instrumentos, como constructores de Paz, de fraternidad, de verdadero amor, de solidaridad, porque ya no serán mas vosotros los que actuares, sino que será Jesús que cada vez vivirá mas en vosotros. De este modo, el amor será siempre más comprendido, y en vos tendréis ya el Triunfo de mi Inmaculado corazón.

MARAVILLOSAS SON VUESTRAS OBRAS, OH SEÑOR

Cuando miráis a vuestro alrededor, sentís muchas veces impulsados en el espíritu, la pregunta sobre el origen del mundo, del hombre, de la técnica, de la inteligencia que la produce. Sin duda queridos hijitos, preguntaos entonces de donde nacen todas estas cosas que admiras y sois llevados a pensar precisamente en la inteligencia infinita, en la bondad, en la perfección de vuestro Creador. Os invito pues, a consolar el corazón de Dios, pues él los ama. Si supieses cuanto amor él tiene por vosotros, llorarían de alegraría. Vosotros conocéis a Dios a través del mundo creado, sin embargo, en nombre de la creación, proclamad su Gloria. Escuchad la voz de Dios y evitad toda especie de mal. Sed consientes que sois importantes a los ojos de Dios. A pesar de vuestros defectos, Mi Hijo Jesús os ama infinitamente. Recordaos también que Dios debe estar en su lugar, o sea, en el primero. La criatura, aunque muy noble y preciosa, no puede, ni debe ser preferida en vez de Él. Él es un Dios celoso. Solamente Él debe estar en el vértice de todos vuestros intereses, y tiene todo el derecho del exigir, precisamente porque es vuestro Creador y Salvador. La Creatura, aun siendo noble y preciosa, no puede, ni debe ser preferida en vez del él. El es un Dios celoso. Solamente el debe estar en el vértice de todos vuestros intereses y tiene todo el derecho de exigirlo, precisamente porque él es vuestro Creador y Salvador.

Vosotros seréis grandes si servís a Dios: el racimo no puede vivir si no está en la vid. Por semejanza, el hombre afirma así mismo que no necesita Dios, lo excluye de la propia vida, pero en la realidad, está condenado a la muerte del espíritu. Y la certeza de esto está en los propios resultados prácticos de aquellas ideologías que exaltan el hombre, ofendiendo a Dios y negándole lo primado absoluto sobre todas las cosas y sobre el hombre mismo. Vosotros estáis en el corazón de Dios. Hay en vosotros, sin duda, la imagen del él, infelizmente esta desfigurada por el pecado. Es necesario restaurarla, es necesario refundirla, es necesario salvarla. Es esto, por lo tanto, el deber de vuestra vida cristiana. Ha llegado el momento en que debéis insistir, antes que todo, en una purificación de corazón. Debéis, sobretodo, aceptar la purificación de los pensamientos, de las intenciones, de la voluntad, de los sentimientos, de los afectos, de los deseos, de las pasiones, en suma, de todo vuestro mundo interior, a fin de que vuestra actitud exterior sea verdaderamente sincera y no fruto de aquel deseo de vanagloria humana contra el cual mi hijo Jesús se mostró tan severo.

Vuestra gran tentación es la de aparentar ser cristianos en vez de serlo verdaderamente, rebajándose a vínculos con ideologías y modas de este mundo, porque, muchas veces, queréis agradar más a los hombres que a Dios. Buscad los medios para hacer creíble y atrayente vuestro valioso testimonio, pero siempre con la intención de que los hombres no concentren la atención en vosotros, sino que a través de vosotros descubran a Dios y lleguen a él. Para eso debéis esforzaros por ser instrumentos dóciles en las manos del Señor.

EUCARISTIA, MI HIJO ESTÁ PRESENTE

Mi Hijo es el Sacerdote eterno que está presente, como en el Cielo, en el Santísimo Sacramento. Es precisamente en la presencia de la Eucaristía que comprenderéis mejor el significado de mi presencia en medio de vosotros. Con la Eucaristía, sentiréis fuerzas para llevar a cabo vuestra gran misión: encontrareis valor para participar de la vida en la Iglesia. De esta manera contribuiréis para la construcción de la paz y del amor. No hay verdadera misión, de hecho, si no se vive en profanidad el misterio Eucarístico como comunión con mi Hijo: vivo, verdadero, sacramentalmente presente, cordero inmolado para la salvación de todos vosotros. A través de la Eucaristía tenéis la posibilidad de valorizar vuestra vida. Sin embargo, no podréis participar de Eucaristía, se nao tuvieres verdadera fe en Dios, Uno y Trino.

Si vivís en comunión con Cristo, en una actitud de humildad y de temor, estaréis aptos para experimentar el profundo poder espiritual de la Eucaristía. Si aceptáis el don de Cristo con gratitud por todo aquello el faz por vosotros, os habréis convertido aptos, mediante el Espíritu Santo, a cumplir la ovación que Dios os dio miembros de la Iglesia. En fin, se conocieres en Jesús y en el don de su sacrificio Eucarístico manifestación de aquella verdad, que es la única que os puede volver libre, vuestros corazones serán purificados para darle el verdadero culto a Dios y trabajar por su Reino de justicia y de la paz. Expresad vuestra gratitud a Dios por los dones recibidos, en la participación de la Eucaristía. La Eucaristía es el sacramento de Paz de Cristo, porque es el memorial del sacrificio salvífico redentor de la cruz. Es el sacramento de la victoria, sobre las divisiones que emanan del pecado personal y del egoísmo colectivo.

ID POR EL MUNDO Y PREDICAD EL EVANGELIO

Mis queridos hijos, si queréis seguir el ejemplo de Mi hijo Jesús, vosotros sacerdotes y obispos, debéis vivir y actuar de manera que vosotros capacitéis para estar disponibles al rebaño, desde el más importante hasta el más pequeñito. Habréis de querer de estar en medio de ellos, aunque sean ricos o pobres, cultos o necesitados de educación. Con prontitud habréis de participar en sus alegrías y tristezas no solo en vuestros pensamientos y vuestras oraciones, sino también estando concretamente en medio de ellos para que mediante vuestra presencia y vuestro ministerio ellos puedan experimentar de amor de Dios. Solo seréis capaces de anunciar de manera eficaz, si escucháis la Palabra de Dios y la vivís en vuestra vida cotidiana. El mensaje de Mi Hijo, del Evangelio debe seguir siendo el punto central de vuestra vida espiritual, el objeto de vuestra plegaria y meditación cotidiana para que así pueda ser fuente de vuestra alegría y fecundidad.

Confortados con la verdad de que no trabajáis solos, porque tenéis el apoyo y la bendición de Mi Hijo Jesús, príncipe de la Paz. Proclamad a Jesús y sus Bienaventuranzas a todos los que libremente optan por escuchar vuestras palabras. Proclamad el Evangelio y el crecimiento del Reino de Dios a todos mis pobres hijos queridos e inocentes, he ahí el proyecto asumido por la Iglesia como algo recibido por su fundador Jesús, desde aquella mañana del Pentecostés. No dudéis en sacrificar todo para permanecer fieles a Cristo vuestro amado Salvador y Amigo. Luchad contra la indiferencia religiosa peligrosísima tentación de los tiempos modernos. Dios es amor: ese pensamiento de fe os de siempre serenidad, paz interior y seguridad y haga que vuestra vida sea meritoria delante de Dios. En Cristo Camino, Verdad y Vida, todas las promesas y esperanzas encontraran respuesta. En él encontrareis los dones preciosos de santidad y de perfección, porque él es la señal de una amistad, de un amor sin fin, de un afecto indescriptible del Padre hacia cada uno de vosotros. Poned todo vuestro empeño a fin de conducir todo el pueblo de Dios por el camino de la salvación.

No os quedéis en silencio ante campañas engañadoras que pretenden defender los aspectos parciales de la vida, sino que, de he hecho, atentan contra la santidad del matrimonio y de la intimidad conyugal. Fortaleced, con ayuda del Espíritu Santo, el carácter del amor conyugal frente a modelos de matrimonios y de familias tan alejadas del ideal evangélico. No podéis dejar de hacer notar los efectos dañinos que se producen entre vuestras personas sencillas (gentes simples), las agresivas campañas proselitistas que sectas fundamentalistas y nuevos grupos están realizando en vuestro Brasil, principalmente en los últimos años. Sé que tenéis el deseo de ver la Paz y la felicidad reinar en los corazones de vuestros hermanos. Debéis, por la tanto, continuar en proclamar la Palabra de Dios, la acción salvífica de Cristo, mediante los sacramentos, la aceptación y la respuesta a él don de la salvación. Conozco vuestras preocupaciones y desvelos por los más débiles y necesitados. Realizad vuestros trabajos sacerdotales con amor y dedicación sincera, para que todos sientan la cercanía de la Iglesia que os acoge, os apoya y os ayuda como una Madre. Dad especial atención a los más pobres y desamparados.

Sed hombres de incuestionable integridad y honestidad y dad ejemplos de una sana vida moral, pues vosotros con frecuencia, sois vistos por los demás como modelos a ser imitados. Sed humildes, pues así habréis de abrazar el estilo simple de vida, en imitación a Cristo que se convirtió en pobre por vosotros. Si no tuvieres pobreza en espíritu, será para vosotros difícil comprender los problemas de los más necesitados y olvidados. Colocaos a disposición de los pobres y necesitados a fin de que ellos puedan acercarse a vosotros y abrirse a vosotros sin timidez y desagrado. Haced de Cristo la fuerza central de vuestra vida y dad cuenta de la tarea que él os confío en la construcción de su Reino. Siguiendo el ejemplo de mi hijo Jesús, vosotros debéis tener prudencia, madurez y humildad para trabajar en armonía y bajo la autoridad legítima para el bien del Cuerpo de Cristo y no arbitrariamente e independientemente. Sed hombres de oración delante del Santísimo Sacramento y pidan a mi Hijo aquel espíritu de verdadera adoración, a fin de llenarse del amor de Cristo. Así, podréis imitar a mi hijo y convertirse fructífero vuestro ministerio.

Haced todo a la luz del Evangelio, a fin de preparar el advenimiento de Reino de Dios, aquel Reino de Dios que en la tierra está ya como germen en la Iglesia y espera para completarse en el Cielo. Sed fieles a vuestra Santa Iglesia, para que ella sea luz de mundo y sal de la tierra, fermento de liberación y de promoción del hombre en el plano no solo natural, sino también en lo sobrenatural, anuncio de una perspectiva de salvación y de dignidad, que sobrepasa los confines de la naturaleza humana y alcanza la condición de hijos de Dios. Este es el momento propicio para que todos vosotros reflexionen sobre el gran deber y empeño en trabajar por la difusión del Reino de Dios, en obediencia al mandamiento de Mi hijo Jesús. Vosotros, que ya tenéis el maravilloso don de la fe y tenéis la alegría de participar de los misterios salvíficos, no podéis de dejar de responder a las gracias recibidas, principalmente con un empeño renovado, hoy y siempre y haced que con la fe crezca dentro de vosotros, se consolida en fidelidad y se traduzca en colaboración efectiva en la difusión del Reino de Dios, Reino de la Paz, de amor y de esperanza. La vida de la Iglesia en cada uno de sus ministros es vida en Cristo, mediante el Espíritu Santo, una vida de gracias y de santidad, nutrida por la palabra de Dios y por la participación de los sacramentos en la lucha constante contra la tentación y el pecado.

Vuestro gran objetivo como pastores del pueblo de Dios es de fortalecer la comunión de los fieles con la Santísima Trinidad. Os pido que seáis verdaderos amigos de vuestro pueblo, ofreciéndole siempre el ejemplo del buen Pastor. Como sacerdote y ministro de Dios, velad sobre vuestro rebaño. Es grande el número entre vosotros que ya no son fieles a la voluntad del Señor. Este es momento del gran retorno al Dios de la Salvación y de la Misericordia. Ha llegado el momento en que debéis escuchar al sucesor de Pedro y vicario de mi hijo Jesús, el Papa Juan Pablo II. Recordad que es grande vuestra responsabilidad. Recordad de las pobres almas que necesitan ser salvas por vuestra intermediación. Ha llegado el momento en que debéis vestir vuestro hábito eclesiástico y sentaros en el confesionario a fin de que las almas sedientas de Dios busquen su misericordia por vuestro intermedio. Ellas sienten necesidad del sacramento del perdón; por eso, debéis estar a disposición de ellas. Recordad que Dios desea vuestro auxilio y vuestra disponibilidad. Si seguís por el camino que os indicó, caminareis rumbo al Paraíso. Vos tenéis, sin duda, gran y especial responsabilidad en la preparación del matrimonio y en el apoyo a la familia cristiana como realidad sobrenatural. Pero un reto específico e insustituible que compromete también a los cónyuges, que viven en primera persona la realidad del amor y de la personalidad familiar.

La grandiosa evangelización no puede separar la contribución de las familias cristianas en el Brasil. Ofreced vuestro culto al único Dios verdadero y observar sus mandamientos. Sois llamados uno por uno a dar Testimonio de Cristo por vuestro propio perdón, vuestra abnegada participación y servicio y vuestra oración. En cierto sentido, el mundo se ha hecho incomprensible. Ha llegado el momento en que debéis ser, sobretodo, maestros, pues es el gran deseo de muchos de conocer los valores transcendentales. Como sacerdotes sois también educadores del pueblo de Dios, pues él tiene necesidad de una palabra de consuelo que los anime en sus legítimas aspiraciones. Vuestro empeño y sobre todo, el de potencializar y de desenvolver con a alegría la tarea que os fue confiada. Os invito a tener un sentimientos de agradecimiento para con Dios, que os dio la posibilidad de ser discípulos de mi Hijo Jesús. Agradeced sobre todo, porque él está con vosotros. Es siempre él que dispone los corazones: de los que pregonan y de los acogen la Buena Nueva. Continuad en amar al Papa, a orad por él, a seguir sus exhortaciones. El tiene necesidad de vuestra fé, que demostrar al servir con fidelidad a la Santa Iglesia Católica.

Esforza0s, repito, por llevar la Buena Nueva a todos los pueblos de manera que no solo mantengan la ley de Dios, sino también difundan su propia naturaleza como seres humanos, creados a Imagen y Semejanza de Dios y dotadas de una dignidad innata e inigualable, que debe ser respetada en todas las circunstancias. Este es el momento propicio para que os dediquéis a las grandes tareas de transmitir la fe, plena e integral, a cada generación, de defender la vida familiar de todo de lo que la debilite y de entender las necesidades de los vuestros conciudadanos, especialmente de los pobres, de los enfermos y de los que sufren, de aquellos a quienes les falta instrucción, marginados en el proceso del crecimiento y de desenvolvimiento. Juntamente con vuestros obispos, debéis conducir a la Iglesia de Brasil a la plenitud de la verdad, hacia la plenitud de Cristo. Fuisteis investidos, mediante el Espírito Santo que fué dado a la Iglesia por Mi Hijo Jesús, para ser capaces de enseñar en la verdad los caminos de Dios. Es vuestra vocación y vuestro ministerio. Cristo, que vive en su Iglesia, una, Santa, Católica y Apostólica, reunida en todas las partes de l mundo, espera de vosotros este servicio.

¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?

La verdad es mantenida íntegra solo en Iglesia Católica, Fundada sobre los cimientos de los apóstoles, la Iglesia Católica se ha difundido hasta los confines de la Tierra. Y la fe cristiana, apostólica y católica llego a vuestro querido Brasil. Comenzó así la construcción de Dios, por obra de los enviados, de los sucesores de los apóstoles. La Iglesia es sacramento de salvación para todos vosotros, pues mi propio hijo, Jesucristo, la entregó a Pedro diciendo: “Lo que atéis en la Tierra será atado en el Cielo y lo que desatéis en la Tierra será desatado en el Cielo.” Por lo tanto, fuera de la Iglesia la salvación se vuelve difícil. Resistid a la tentación de abandonar vuestra iglesia. No escuchéis a los falsos profetas.Vuelvo a repetiro que la verdad es mantenida íntegramente solo en la Iglesia Católica. Es grande el crecimiento de sectas en vuestra nación y ha llegado el momento en que la Madre Celestial dice: basta. No ofendáis más a mi hijo Jesús.

Actualmente, las causas que favorecen la difusión de las sectas en vuestras naciones son: la insuficiente instrucción religiosa, el abandono en que se encuentran algunas comunidades, particularmente en las zonas rurales y suburbanas, la falta de una atención personalizada a los fieles, la necesidad que estos sienten de una autentica experiencia de Dios y de una liturgia mas vivida y participativa. Sé que muchos de vosotros están empeñados en este sentido, sin embargo, por otro lado hay un gran número que no se preocupan ni un poco en llevar a cabo la tarea que les fue confiada. Profundizad las riquezas inagotables de la Palabra de Dios, que ilumina y que salva. Preparad, con humildad, vuestros corazones para acoger las verdades divinas, con espíritu libre de cualquier preconcepto humano. En otras palabras, queridos hijos, sabed alejaos un poco de la tierra y vivid volteados para las cosas del Cielo a fin de alcanzar una ferviente intimidad con Cristo, que es el revelador de las verdades eternas, y para llevar a otros la luz de la fe. Sabed que la verdadera sabiduría proviene de Dios.

NO OS DEJEIS ENGAÑAR POR PSEUDOFIA

La Iglesia, a partir de una posición de pobreza y de libertad en relación a los poderes de este mundo, debe anunciar con coraje la ley de amor fraterno, la necesidad de la comunión y de la solidaridad entre os hombres, las inevitables exigencias de la justicia, la esperanza luminosa de la vida eterna. Pues Dios, que está en el centro de la vida y de la historia, continuad a llamar a hombres y mujeres, niños y ancianos, sabios y letrados, pobres y ricos, para ofrecerles a manos llenas las insondables riquezas de su amor. No debéis por lo tanto, escatimar esfuerzos en atender esta responsabilidad prioritaria y de tanta trascendencia para el presente y el futuro de la Iglesia en vuestro Brasil. En este sentido, debéis sentiros comprometidos, ofreciendo vuestra contribución generosa para la mejor formación de todos los que necesitan encontrar a mi hijo Jesús, pues a pesar del poco conocimiento, ellos saben que mi hijo es el Camino, la Verdad y la Vida.

Transmitid siempre la genuina fraternidad sacerdotal, para que vuestros fieles se sientan siempre apoyados en sus actitudes ministeriales y encuentren siempre un estimulo para cumplir sus compromisos con Dios y con la Santa Iglesia. No desaniméisjamás. Tended confianza. Tened coraje. Sin duda, muchos son los desafíos que debéis enfrentar para obtener que el mensajes salvificode Jesús Cristo resuene con mas ardor y se haga presente en todos lo lugares de Brasil.

PIDO VUESTRA CONFIANZA

No os atemoricéis ante vuestras dificultades. En cierto sentido es normal que ellas existan, porque, enfrentadas y resueltas con ayuda de Dios, dan ocasión de promover y fortalecer vuestras virtudes. Queridos sacerdotes: con prudencia y sabiduría, animaos y esforzaos en corregir los abusos, amparad a los débiles, orientad todas las energías para una mayor capacidad de dar y recibir. Todos vosotros, a través de la oración y la reflexión, podéis ofrecer la luz del Evangelio y la irradiación de su ideal ético y espiritual, de manera que sea fuente de satisfacción para vosotros mismos y para las personas, a las cuales prestáis servicios por amor al Señor.

Mi hijo os dio una demostración clara de su voluntad y os dejo el ejemplo conmovedor del amor que os es necesario para el ejercicio de vuestra noble y gran misión. Él, que hizo que los sordos escuchasen y los mudos hablasen estará siempre junto a vosotros con su amor Omnipotente a fin de que vuestra obra produzca frutos abundantes para el Reino de los Cielos. El Dios de la alianza es el Dios que libera y que salva. Es Dios que demuestra a los hombres su propia providencia y paterna solicitud. Deseo que mi presencia sea para todos vosotros una ocasión providencial para renovar el esfuerzo de conversión a Cristo, el cual se basa en la reflexión y en la oración así mismo en la vida sacramental. En estos tiempos dad espacio al sacramento de la Penitencia o Reconciliación que restituye las almas a la plena intimidad con Dios. Abrid vuestros corazones a aquél que ve en lo oculto y que es vuestro Padre y Salvador. Dejad que mi hijo reine en la intimidad de vuestro corazón. No le regateen confianza y generosidad. Él estará con vosotros. Es noble la misión que os espera y grande será la recompensa si le fuesen fieles.

ES NECESARIO CREER

Sabed que el apoyo del caminante es la fe. No os olvidéis que la vida cristiana es una peregrinación y que la fe es el vuestro viatico vuestra provisión. Buscad en Cristo coraje y entusiasmo para dar testimonio de la esperanza que habita en vuestros corazones. Vivid en unión con Cristo, con ardiente fe en la oración para poder encontrar siempre en él la fuerza necesaria para perseverar y así convertiros como él. Perseverad en vuestra oración al Señor y que nunca se apague vuestra esperanza. Con la fe en el único Dios que es el Creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo que es visible e invisible, vosotros seguidores de mi hijo sois inspirados a trabajar en la promoción de la paz y de la harmonía entre todos los pueblos de la tierra. Haced consolidar la fe de vuestro Bautismo, escuchad la palabra de Dios, no solo como una enseñanza, sino como la palabra personal del Señor que os llama y se dirige a cada uno de vosotros. En la reflexión y en la oración, asimilad su mensaje de verdad y de salvación.

En el intercambio entre vosotros y los más viejos, ved cual es el camino a tomar. La Palabra de mi Hijo es en la verdad, la savia que pasa del tronco hacia la rama, que sois todos vosotros De Dios vinisteis y hacia él debéis caminar. Todos vosotros estáis en manos del Señor. Y vuelvo a deciros: Sois amados, uno por uno, por el Padre, en hijo, por medio del Espíritu Santo. A pesar de vuestra infidelidad, el Señor no los abandona. Glorificad su nombre porque él se interesa por vosotros y quiere salvaros. Iluminados por la fe y por el Evangelio de mi hijo Jesús, sed fieles a la acción del Espíritu Santo a fin de responder a las divergencias que os esperan. Mi Jesús os enseño como debéis proceder para participar de su vida. Él se entrego por vosotros, a fin de liberaros del pecado y de la muerte, y con su resurrección, abrió las puertas que os conducen hacia el Paraíso. Por lo tanto, permaneced firmes en la fe.

Vivid con simplicidad y sinceridad. La fe os lleva a conocer la verdad definitiva de las cosas, de las personas y Dios. La fe no os aleja del mundo, de los amigos que tenéis y de las cosas que gustáis hacer. Al abrazar la fe y al dejaros amar por Cristo, no huiréis de vosotros mismos ni de otros, sino encontrareis el verdadero significa de la vida en la fe. No tengáis miedo de la verdad. Ella es la gran fuerza capaz de conducir hacia la salvación. Seguid fielmente a Cristo y a si Iglesia. El mundo está sediento de Dios y de los valores espirituales. Para llevar cabo esta acción, es necesario que cada uno de vosotros os dejéis iluminar por la palabra de Dios, a través de una liturgia constante y meditada. Sabed escuchad las enseñanzas de vuestros obispos y sacerdotes, verdaderos maestros, en virtud de la misión recibida. Sed vigilantes, generosos y perspicaces en discernir las funciones y responsabilidades que os fueron confiadas.

Todos vosotros sois llamados a contribuir para el plan de la salvación. Sed hombres de fé; para eso, es necesario vivid realmente en conformidad con la fe del Bautismo y los compromisos en él adquiridos. Levantad vuestra bandera a favor del Papa y de los obispos en comunión con él. El egoísmo y el lujo, la irresponsabilidad delante de los problemas y de los sufrimientos de los necesitados, continúan atentaros y el propio cristiano muchas veces se adormece en este estilo de vida. Si quereis imitar al Señor que es santo procurad amar a vuestro próximo porque Dios os ama y es bueno con vosotros. Es necesario amad sus mandamientos y tener esperanza en sus promesas. Si no apreciais con amor la ley de Dios, difícilmentepodréis guardarla. Si deseáis llegar auna gracia bien concreta, vuestro corazón debe permanecer tranquilo. De ahí se camina para la verdadera felicidad. Decid a todos que Dios es verdad, que Dios existe. Como mensajeros de felicidad, decid a todos vuestros hermanos que él es el Padre y quiere salvar a todos. Pos eso, os dio su hijo, vuestro Salvador.

Dad testimonio de la verdad que mi hijo os comunicó. No perdáis tiempo. Escuchad ahora lo que Dios quiere deciros. Rezad por el Santo Padre, a fin de que siga llevando su mensaje de fe y de esperanza a todos los que necesitan del amor de Dios. Rezad por él, sobre todo, porque es traicionado, abandonado y desatendido por sus más cercanos colaboradores.Vine del Cielo con el corazón lleno de alegría para consolaros y daroscoraje.Avanzad conmigo en la obediencia, en la oración, en la disponibilidad y en la confianza. Mi hijo os revelo el misterio de la vida divina. Os hablo del Padre que os ama y quiere veros felices y santos. El mismo se presentó a vosotros como el Hijo, el enviado del Padre. Anunció la venida del Espíritu Santo, que vendría a continuar su obra en medio de vosotros. En sus últimas palabras a los apóstoles, antes de la ascensión, no podían ser más claras y explicitas de las personas divinas. “Bauticen en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

Por eso, vuestros actos deben ser realizados mediante la invocación de la Santísima Trinidad. Sois felices porque el Padre os ama y os amo tanto que envió a su Hijo para salvarlos. Sabed que son reconciliados con el Padre por obra del Cristo. Aún cuando os encontréis en medio de las dificultades no desaniméis porque brilla en vosotros la esperanza de que habeis de llegar hasta Dios. Y esta maravillosa esperanza es alimentada por la presencia del Espíritu Santo, espíritu de verdad que os transmite el amor del Padre y os conduce ayudandolosa ser fieles al llamado Dios. Sed dóciles. La docilidad delEspíritu Santo que os acompaña y os transmite en la enseñanza del mi hijo Jesúsos lleva a valorizar constantemente vuestra vida en frutos de santidad.

VUESTRO TETIMONIO SINCERO

No tengáis miedo de hablar de mis mensajes. No dejéis enterradas las verdades que os doy a la humanidad, sino que llevarlas a todos los que necesitan de la misericordia de Dios. Dejaros conducir por las manos de Dios. Convertíos si quisieres ser felices. Rezad. Dad testimonio de vuestra fé por medio de la oración y de la conversión. No vine para obligaros, sino que con amor de Madre quiero llevarlos al Paraíso. Vuelvo a pediros la confesión semanal. Confesaos semanalmente y no escondáis ni uno de vuestros pecados. Si haceis una buena confesión y si el sacerdote en nombre de mi Hijo os perdona, vuestra alma esta salvada. No acumuléis pecados para poderos confesar. Hacedlo siempre que tuvieseis necesidad del perdón y de la misericordia de Dios. Está el peligro de la condenacióneterna para los que no se preocupan por la confesarse. Rezad, pues solamente por medio de la oración seréis capaces de comprender el significado de los mensajes que os transmito.

No comenseisni uno de vuestros trabajos sin oración. Mi Hijo os conoce por el nombre y sabe lo que tenéis en vuestro corazón. Dejaos guiar por aquél que tiene palabras de vida eterna. Mi hijo espera que hagáis algo importante por él. No dejéis enterrados los talentos que él os ofreció. Sed en Cristo los distribuidores de sus gracias y bendiciones. Asíestaréis mostrando la presencia y la bondad de mi Hijo a todos vuestros hermanos. Todos vosotros debéis tomar conciencia de que es necesario sembrar el amor.Tened la certeza de que todos vosotros estáis en mi corazón. Y vosotrosmás que nunca tened coraje, fe, esperanza y confianza. Guardad mis palabras en vuestros corazones y transformadlas en vida. Por medio de estos mensajes deseo conduciros a mi Hijo, pues él es el Camino, Verdad y laVida. Tened la certeza que estoy siempre con vosotros para convertiros en todo semejantes a mi Jesús.

Cuando descubráis el verdadero significado de mi presencia, tendréis siempre con vosotros las bendiciones de Dios Padre el Creador. El camino que debéis por recorrer es el da la conversión y de la penitencia, de la humildad y del amor. Sed verdaderos hermanos de vuestros obispos y sacerdotes. Procurad con comprensión y compasión compartir de sus responsabilidades y revigorarlos en su identidad como ministros de la palabra y de los sacramentos. Tened profunda y duradera esperanza de que el mañana será más rico de la presencia de Dios. Rechazad la violencia, rechazad el desprecio, la falsedad y deshonestidad.

Corred el riesgo si fuese necesario, pero permaneced fieles al amor privilegiado por los pobres y por los pequeños.Respetad la dignidad de todo hombre aun cuando este los haya desilusionado. Sabed perdonar y reconciliar porque vosotros sois el testimonio de Cristo que dio la propia vida por la multitud, en el amor infinito que está en corazón de la vida de Dios y que os concede compartir con él mismo. Os repito: Dios os llama a cada uno de vosotros a desarrollar los talentos que el os ofreció. No crucéis los brazos. Avanzad. Sabed todos vosotros que la respuesta a la llamada de Dios es libre. Esto se ve claramente en el Evangelio: Un joven se marcha para no renunciar a sus riquezas, cuando mi hijo le amaba.

CREADOS A SU IMAGEN Y SEMEJANZA

Recibisteis la vida de vuestro Creador a través de vuestros padres así como la fuerza de vuestro espíritu y la habilidad de vuestro amor. Ha llegado el momento en que debéis formar vuestra personalidad. Sed perseverantes. Sed francos. Sed leales, dignos de confianza de vuestros hermanos, de vuestros compañeros, de los nuevos que os siguen. Vosotros bien sabéis que si quereis recibir todo sin dar lo mejor de vosotros no seréis felices.Vuestro aprendizaje por si solo no os dará satisfacción a no ser con su constante puesta en práctica. Respetad vuestro cuerpo. No corráis el riesgo, por inconsciencia de la enfermedad y del accidente. No os dejéis llevar por la satisfacción sin frutos, del alcohol y de la droga que os reducen a una esclavitud. En el interior de vosotros mismo escuchad vuestra conciencia que os llama a ser puros. Sobre el matrimonio, vuelvo a deciros: es una cosa seria el sacramento del matrimonio, es un fundamento para un edificio solido.Un hogar no puede alimentarse con el fuego del placer que arde deprisa como un puñado de hierbas secas.Los encuentros pasajeros no hacen otra que caricaturizar el Amor, herir los corazones y ofender el plan de Dios.

Sicolocais vuestra confianza en Cristo, podéis conducir vuestra vida con generosidad en la pureza del Evangelio. Es verdadero para un moral familiar, es verdadeiropara la moral de la honestidad en presencia de los buenos, es verdadero en todos los campos de la solidaridad, en que cada uno es responsable, por su lado, de aquello que hace vivir a sus hermanos y hermanas. Vuestra responsabilidad no estará madura si no destruyeres el individualismo que os hace huir de otros. El dialogo es fuente de sabiduría. La partición es fuente de riqueza. Es en el ambiente del trabajo, en la comunidad estudiantil, de ocio, en la comunidad del barrio, que cada uno adquiere su verdadera dimensión de hombre. Procurad reuniros en grupos. Abrid juntos el Evangelio, busquen aquello que Cristo y la Santa Iglesia Católica os dicen, a fin de obrar con vuestros compañeros, de reaccionarpositivamente ante “dejar correr” o el individualismo que paraliza la sociedad.

Avanzad, siempre con coraje y confianza. Preparados juntos, compartid del amor con toda vuestra alma. Llevad un rostro joven en todo lo que hicieren, en todo parte a donde fuereis. Recordad que vuestro principal objetivo debe ser la gloria de Dios ya la salvación de la almas. Para haced creíble vuestro testimonio, vuestra vida debe irradiar alegría y coraje, aún ente las adversidades. Pero eso solo será posible si vuestra vida interior estuviera concretizada por una íntima comunión con Cristo alimentada por la oración personal y por la práctica de la caridad. En la medida en que crezcais siguiendo el modelo de mi Hijo, habréis de convertiros en una señal esperanza y una proclamación viva de resurrección. No perdáis la esperanza. No desaniméis ante vuestras dificultades. Es en ellas que habréis de dar testimonios de vuestra orientación fundamental y de vuestra relación con mi Hijo Jesús. De este modo llegareis a la Patria, la casa de Dios. Superaos a vosotros mismos. Es vuestro camino espirituales el camino que desafía e invita a cada uno de vosotros, sobre todo para vosotros los jóvenes porque mi hijo es de un modo especial vuestro Camino, Verdad y la Vida. Mi Hijo os superó para enseñar el modo de superaros a vosotros mismos, de encontraros en la vida con él, de la realización de vuestra vida con él, vuestro camino, para enseñaros la forma de descubrir en él la plenitud de la verdad.

LA ALEGRÍA DE VUESTRA PRESENCIA

Estáis hoy aquí reunidos en oración para que el don incomensurable de la fe sea vivido más conscientemente y participado mas generosamante, por cada uno de vostros para que cada brasileño se sienta comprometido personalmente en la evangelización, rezando, dando buen ejemplo y ayudando. Acogo en este día a todos vosotros en mi inmaculado corazón. Mi corazón es el lugar seguro para el cual os quiero conducir, a fin de alejaros de las insidias de mi adversario.Mi corazón es el remedio para vuestro dolor y es el lugar en que estaréis protegidos en el momento de la gran tempestad. Estad atentos y vigilantes, pues Satanas desea usar contra todos vosotros los medios para alejaros del camino de la salvación. Rezad. Escuchar lo que os dice vustra Madre Celestial. Yo vine del Cielo para conduciros por el camino de la Salvacion. Escuchadme. No vine para obligaros, pero quiero deciros: Leed y creed en el Evangelio. Escuchar lo que os dicen los eclesiásticos superiores. No condenéis a nadie, sino rezad por los que están lejos de Dios. Recordad que solamente Dios es el Juez Supremo. Como hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza, no podeis quedar de brazos cruzados, sino debeis, con coraje, dar oportunidad para que otros puedan encontrarlo. Conozco vuestras fallas, pero se que también en vuestro corazón existe una gran reserva de bondad.

Vosotros no estais obligado, sin embargo sois invitados a testimoniar que son de Cristo y que con su ejemplo debeis hacer siempre el bien.Vuestra vida es rica de gracias y bendiciones. Y como Madre deseo asegurarlos a que estéis cerca al corazón de Dios. Mi Hijo es la verdad que ilumnia, libera y da sentido a la vida; es la respuesta completa a las interrogantes profundas del Hombre. La Verdad que es Cristo, la Verdad que tiene Cristo, debe convertirse en luz para otros, para el mundo. Rogare para que Dios Omnipotente siga en daroslos dones en sabiduría y de la comprensión, para que asi en vuestra noble misión, podais ofrecer dirección inspirador y prestar un servicio cada vez mas generoso siguiendo las mayores aspiraciones de vuestro pueblo y en favor del autentico bien del hombre, de la mujer y de los niños en todas partes de Brasil.

Esforzaos de modo que un número cada vez mayor de niños y jóvenes que viven en situación de marginizafion puedan conocer y encontrar a Cristo como el Salvador. Reconoced siempre la gran misión de vuestros obispos y sacerdotes. Rezad por ellos. Caminad con ellos.Vivid en una plena comunión en que unidos cada vez más en Cristo, Camino, Verdad y Vida haga de vuestra vida testimonio vivo de vustra fe.Vosotros que estais escuchándome, a la luz da fe cristiana, estimulad a los que tiene hambre y sed de Dios, al conocimiento del universo creado por él. Enceded en ellos el amor de la Verdad que excluye la superficialidad en el aprender y en el no juzgar. Revivid el senidocristiano que rechazala aceptación ingenua de muchas informaciones. Guiadlos al orden, al método, a la prescripción y al sentido de responsabilidad. Sostenedles en el sacrificio y la perseverancia requeridos para el árduo trabajo del día-a-día.

MADRE Y REINA DE VUESTRA NACIÓN

Aquí, en vuestra nación, donde Mi adversario consiguió seducir al error un número grande de pobres hijos, deseo con vuestra ayuda realizar grandes prodigios en el silencio y en el escondimiento.Mi Corazón se parte en pedazos al constatar que un gran número de los más desfavorecidos es tratado como animales sin valor. Os recuerdo que también ellos, como vosotros, tienen valor a los ojos de Dios y que ellos para Mí son tesoros preciosos.Sufro por aquellos que padecen la miseria y el hambre. Sufro por los que son, a menudo, víctimas del odio y de la violencia. Vine para confortaros y ayudaros. No vine para condenaros, pero para mostraros la voluntad del Señor. Ved como sufren los pobres.Son muchos los desplazados y refugiados, los que sufren por falta de amor y esperanza, los que sucumben al mal y se cierran a toda luzespiritual, los que tienen el corazón lleno de amargura, víctimas como son de la injusticia y del predomínio de los más fuertes. El egoísmo toma el lugar del coraje moral y de la solidaridad. El valor propio es entonces medido en términos de tener y no de ser. En efecto, se forma una atmósfera de grandes y pequeñas injusticias y de incontábles formas de violencia. Lo que es aceptado como verdadera libertad, en realidad es sólo una forma de esclavitud. La violencia que se perpetra en Brasil no ofrece solución alguna para los verdaderos problemas de vuestro pueblo. No es este el método escogido por el pueblo de Dios. No ofrece verdad alguna que pueda atraer y convencer los espíritus y los corazones del pueblo sufriente. Su única expresión es el temor y la destrucción que produce.El mundo en gran parte es marcado por la avidez de la explotación y por el desprecio de los más débiles, debe cambiar su comportamiento y acoger con espíritu fraterno a todos los que sufren, tanto en el cuerpo como en el alma. Hoy, gran parte de la humanidad es conducida por la fuerza de aquellos que se oponen contra Dios, y así, día a día, un gran número de almas se precipitan al infierno.Os invito, pues, al gran retorno A aquel que es vuestro Padre Misericordioso y que de brazos abiertos os espera. No os dejéis llevar por las insídias de mi adversario. Oí lo que os habla vuestra Madre Celeste, la Mujer vestida de Sol. Deseo abrazar a cada uno de los brasileños y conduciros por caminos seguros. Os amo a todos, aún a aquellos que se alejan de Dios y de Mí. Ruego a mi Hijo por cada uno de vosotros, por los que son víctimas del odio y de la violencia. Sufro a causa de aquellos que desprecian los Mensajes de paz y salvación que Mi Hijo os propuso. No vine del Cielo para salvaros, pero Sí para ofreceros la posibilidad de salvación.Los llamamientos de conversión de mi Hijo no son aceptados y por eso, hay el peligro de perdición eterna para muchas almas. Conclamo también a vosotros que Me escucháis, de rezar a vuestro Ángel de la Guarda, pues también a él incumbe la gran tarea de protegeros de las insídias de mi adversario.No desanimeis porque tenéis sobre todo, la protección de Dios, vuestro Padre. Satanás consiguió esparcir sus errores por todas partes.Incluso en el interior de la Iglesia, consiguió engañar a muchos, haciéndolos abrazar los erróneos ensinamentos, como los de la teologia de la liberación y negar aquello que predica el sucesor de Pedro y vicário de mi Hijo, Papa Juan Pablo II.Si la humanidad no se vuelve a Dios por el camino de la conversión, no tardará en caer sobre vosotros un gran castigo. ES llegado el momento en que debéis acoger todo aquello que os he transmitido.

Si acogierais mis llamamientos, estaréis dando inicio al grandioso triunfo de mi Inmaculado Corazón. Me oí. Deseo estar a vuestro lado, acompañando vuestros pasos e intercediendo para que podáis hacer todo lo que Mi Hijo os diga.Camináis para un futuro desconocido, pero ciertamente lleno de potencialidad y optimismo para el Reino de Dios. Recordad que todos traéis el peso de vuestras responsabilidades ante los sufrimientos de vuestros hermanos.Reconoced humildemente vuestros pecados, origen primero de todos los males que afligen el mundo. Sed constructores de la paz y volveos al Dios de la Salvación. La paz entre vosotros es una tarea árdua en que debéis colaborar generosamente.La paz no puede ser alcanzada por el camino de la intolerancia ni del egocentrismo. Por el contrario se alcanzará cuando estén formadas la confianza, la compresión y la solidaridad que os hermanan, vosotros hombres que habitáis en este mundo, creados por Dios para que todos podáis participar de sus bienes de forma equitativa

Si caminais con Cristo, si Lo tomaras por compañero de viaje a indicaros el camino, iréis rumbo al Paraíso a donde únicamente fuisteis creados. La voz del Señor es su presencia en vosotros por el Bautismo.Cada uno de vosotros debe discernir el llamamiento que os es dirigido. Sin embargo, para el sacerdote es la Iglesia que tiene el gravamen de confirmar auténticamente el llamamiento y de confiar una misión.Sin embargo, para el sacerdote es la Iglesia que tiene la autoridad de confirmar auténticamente el llamamiento y de confiar una misión. Rogaré al Señor para que os ayude a encontrar vuestro camino en su seguimiento.Si vivís conforme el deseo de mi Corazón, vuestra fe quedará reforzada y revitalizada y exaltados quedarán vuestros sentimientos de adhesión a los principios, ideales y enseñanzas de la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica. Tened confianza en el amor misericordioso del Señor.No dudéis nunca del perdón de Dios. Arrepentíos con sinceridad y abrid interiormente vuestro corazón al Señor, para redescubrís que a sus ojos tenéis mucho valor. Para responder a los llamamientos de Dios, debéis acercaros a Cristo, la fuente de agua viva que os fortalece y purifica. Mi presencia os trae más esperanza, amor y fe. Os invito a descubrir en vosotros mismos las riquezas del don de Dios. Oíd por mis mensajes, Cristo vuestro Salvador.Él es el buen Pastor que conoce Sus ovejas y que dio la vida para salvarlas del mal y de la mentira, para alejarlas de los caminos errados e impedirlas de caer en el abismo. Vivid en la certeza del encuentro definitivo con Aquel para el cual vivió, en el cual creyó y esperó.

CRISTO ES VUESTRA ESPERANZA

Con Cristo vosotros obtenéis la redención de los pecados y de este modo, el mundo encuentra la reconciliación con Dios en Cristo. Parad e imaginad como es de grande el amor de Jesús por vosotros. El Sacrificio de la Cruz, realizado por amor tuvo a buen seguro, un poder redentor: el amor es más fuerte que el pecado. En el amor de mi Hijo, el mundo y sobre todo el hombre, fue reconciliado con Dios. El amor que Jesús os ofreció en la Cruz posee este poder victorioso: unio con el Padre todo lo que a causa del pecado se haya separado de él.Aquello que a causa del pecado se había contrapuesto a Dios, en Cristo nuevamente es orientado para el Creador y Padre. Aceptad las enseñanzas que Jesús os presenta por medio de su Evangelio. Aceptad las verdades que la Iglesia de Cristo os presenta. La Iglesia Católica es reconciliadora, en la medida que muestra los caminos y ofrece los medios.Los caminos son exactamente los de la conversión del corazón y de la victoria sobre el pecado, sea el del egoísmo o la injusticia, la prepotencia o la explotación del otro, el apego a los bienes materiales o la búsqueda desenfreada de la violencia.Los medios de Salvación son los de la fidelidad y amorosa escucha de la palabra de Dios, de la oración personal o comunitaria y sobre todo de los sacramentos, verdaderas señales e instrumentos de reconciliación entre los cuales sobresale precisamente bajo ese aspecto, aquel a que, con razón, llamáis de sacramento de la Reconciliación o Penitencia.Dios sostiene en la perseverancai y en el coraje a todos quellos que trabajan verdaderamente y con amor fraterno en la divulgación de mis mensajes. Sabed que todo lo que hagais en Mi favor, tendréis doble recompensa. Redoblad los esfuerzos para hacer cada vez más íntima entre vosotros la comunión de la Iglesia y más fuerte la solidaridad entre todoslos Brasileños.

LAS SEÑALES QUE OS OFRESCO

Mi presencia en el mundo entero y entre vosotros es señal de mi preocupante ternura de Madre. Hace siglos, he venido al mundo por medio de incontables apariciones para pediros la conversión y la Consagración a mi Inmaculado Corazón.También Me hago presente en Mis estatuas, con lacrimaciones, inclusive de sangre, a fin de llamaros al gran retorno al Dios de la Salvación.Vengo como la humilde sierva del Señor, con entera obediencia a su Evangelio y a su Iglesia, al Papa y a los obispos y sacerdotes en comunión con él.No vine para obligaros, pero lo que digo debe ser tomado en serio.Oid con humildad lo que os hablo, pues es con amor que estoy en medio de vosotros. En el cielo pido a mi Hijo por vosotros y por vuestros hermanos sufrientes. Vuestro caminar rumbo al paraíso comienza en el momento en que os hagais obedientes.Solamente Dios, derramando Su amor en los corazones, llamándoos a la fe y concediéndoos el don de la esperanza, os hace crecer en la comunión con Él y entre vosotros. Sabed que la historia humana no es un laberinto absurdo y vuestra existencia no va definitivamente a la muerte y al nada.

Mi Hijo, con Sus palabras divinas e infalibles os muestra que Dios os creó por amor y espera de vosotros, durante vuestra existencia terrena, una respuesta de amor, para después haceros participes, además del tiempo, de su amor eterno. Por cierto, cada uno debe buscar esfuerzos, a fin de permanecer en la vía de la santidad, realizando el propio talento y haciendo rendir, sobre todo, la semilla que Él os dejó.Pero debéis hacer todo eso recordando siempre que, después de la muerte, tendréis en el Cielo una casa hecha por Dios, o sea, una vivida eterna. Con certeza el Cielo los espera.

TODOS VOSOTROS SOIS IGUALES

Soy la Madre de todos, especialmente de los que sufren a causa de la discriminación racial. No miréis con indiferencia a vuestros hermanos negros, pues ellos son, como vosotros también, hijos de Dios.La fe en un sólo Dios, Creador y Redentor de todo género humano hecho a su Imagen y Semejanza, constituye la negación absoluta e inflexible de toda la ideología racista. No podéis invocar a Dios como padre de todos, si rechazáis el trato fraterno con vuestros hermanos negros, creados también a Imagen y Semejanza de Dios. La obra de la Salvación realizada por Dios en Cristo es universal. Su destino no es sólo el pueblo elegido, pero Si toda la raza de Adán.

Alimentar los pensamientos con actitudes racistas es un pecado grave que va contra el mensaje específico de mi Hijo, para el cual el prójimo es sólo el hombre que vive cerca de vosotros, de vuestro medio, de vuestra religión o de vuestra nación: vuestro prójimo es todo aquel que encontráis, día adía, en vuestro camino.Sabed todos que toda la teoría racista es contra los principios de la fe Católica, contra el amor cristiano y puede alejar el hombre de su Creador. El racismo es una llaga abierta en el corazón de la humanidad y para obtener la cura es necesario mucha firmeza, mucha paciencia y sobre todo, aceptación del mensaje y del amor divino.El triste fenómeno autor universal de la esclavitud, infelizmente no está totalmente superado, así, el corazón del hombre se cierra cada vez más al Dios de la Salvación y de la Paz. Cuando falta justicia en este sentido, la violencia y las guerras explotan con facilidad.Convertíos, Convertíos, Convertíos. No debe haber discriminación y prejuicio, pues Dios ama a todos. La Salvación es ofrecida a la universalidad del género humano, a todas las criaturas y a todas las naciones.

Viendo vuestra indiferencia para con los más débiles y desamparados, el Cielo llora amargamente y reza por vosotros. Cambiad vuestra manera de pensar, de actuar. Profundizaos en las Sagradas Escrituras. Dios tiene algo importante que deciros por medio del Evangelio.Recordaos que Mi Hijo destruyó el muro del odio que separa los mundos contrapuestos, para en Él recapitular todos los seres humanos. Os invito a imitar el amor de Dios la piedad para con el prójimo, sobre todo con los más débiles y sufridos.

PIDO VUESTRA CONSAGRACIÓN

Cuando pido vuestra consagración a Mí, debéis entender que deseo vuestra existencia. Cuando os consagráis a Mí, siento esa entrega sincera y total. Entonces comienzo a formar parte de vuestra vida y cuidar de vosotros como hijos muy amados.Vuestra consagración es la mayor dádiva que podéis ofrecerme. Mi Corazón exulta de alegría cuando ponéis toda vuestra confianza en Mí. Desde Fátima, cuando aparecí a tres pastorcitos, he venido al mundo para pedir la consagración a mi Inmaculado Corazón.Si hubiera sido puesto en práctica lo que allá pedí, la paz estuviera viniendo al mundo. Sin embargo, no fui oída. Deseo que vuestra consagración sea sincera y consciente.No os olvidéis jamás de rezar por los que sufren en el cuerpo y en el alma, los que están agoviados por enfermedades o deficiencias, los que cargan el peso de la soledad y de la pobreza.

A todos ellos deseo decir: Mi Hijo está muy cerca de vosotros. Hermano de todos los hombres, Él es en primer lugar el Hermano de los más desfavorecidos de entre vosotros. Todas la veces que hagais vuestra consagración a Mí, decidme estas palabras: Maria, Reina de la Paz y consoladora de los afligidos aquí estamos a vuestros pies, con el corazón lleno de alegría como Vos, para consagrarnos a vuestro Inmaculado Corazón, sed siempre nuestra constante Compañera y protegednos de los peligros que nos acechan.Bendecid nuestras familias y proteged a Brasil, que también Os pertenece. Dadnos vuestra paz, pues sois nuestra Reina de la Paz. Ayudadnos a vivir el Evangelio de vuestro Hijo y a ser mansos y humildes de corazón. Con este sincero acto de consagración, pretendemos, como Vos, hacer la voluntad del Padre.Vemos el peligro en que el mundo se encuentra y con vuestra ayuda y vuestra gracia, queremos salvarlo. Os prometemos más fervor en la oración, en la participación de la Santa Misa y sobre todo, os prometemos ser fieles a la Iglesia de vuestro Hijo y al sucesor de Pedro, Papa Juan Pablo II.Os prometemos, aún, vivir nuestra consagración y llevar el mayor número posible de almas a vuestro Amado Hijo, Nuestro Señor Jesuscristo. Pedimos vuestra bendición y vuestra protección para nuestro querido Brasil. Amén.

MI OBEDIENCIA: VUESTRA FELICDIDAD

Estad listos para decir vuestro sí, como Yo, a la Voluntad del Señor. Con mi Sí, el corazón de aquellos que viven en plena soledad puede reencontrar la verdadera alegría. He aquí la esclava del Señor, es la respuesta perfecta y consciente de vuestra Madre Celeste al mensajero de Dios.En aquel momento el Verbo Divino fue depositado en Mi seno virginal. He ahí que el Emanuel, el Dios con nosotros tan esperado y anunciado hace siglos por los Profetas, llegará para la alegría de muchos y desesperación de la mayoría. Con mi Sí Lo traje al mundo, para vivir entre vosotros.Cuando niño Lo tomaba en Mis brazos y al acariciarle la faz le decía: “Mi Dios, Mi Dios Niño”. Así vi crecer en Mis brazos el Dios de la Salvación y de la Paz. Su amor era Grande por los niños que con Él jugueteaban frente al taller de mi castísimo esposo José.Aún bebé, alrededor de la pobre casa en que vivíamos, el pequeño Jesús, sentado en una piedra, bendecía a todos los que allí pasaban. En un gesto de infinito amor y bondad, llevaba agua a los viajeros que venían de los lugares más lejanos.Todos Lo admiraban por la extrema bondad y amor. Recuerdo que un día, como de costumbre, recibimos un grupo de niños y entre ellos un niño bastante curioso que Le hacía muchas preguntas.El niño se llamaba Dimas y entre las varias preguntas, una llamó la atención: “Cuando crezca quiere ser Rey o Profeta?”.

Al que el pequeño Jesús respondió: “Yo soy el Rey de los reyes. Yo soy el Profeta de los profetas. Y más digo: cuando Yo esté en la Cruz, tú estarás a mi lado”. Y añadió: “En mi casa hay un lugar para ti”. El pequeño Dima siguió con su interrogatorio, pero no comprendió lo que Jesús quiso decirle. Sólo más tarde, en la Cruz, al lado de mi Hijo, recordó las palabras del pequeño Jesús.Como Madre, lo acompañaba paso a paso y veía como era grande su amor por todos y que más tarde se completó en su entrega total por la Salvación de la humanidad.Y el pequeño Dios fue creciendo y Yo estaba a su lado, siempre Lo acompañaba y Lo oía hablar a las grandes multitudes que, emocionadas, lloraban de alegría. Su voz suave se hacía oír a kilómetros, por eso no había dificultad en el diálogo con el pueblo, que en número grandeLo cercaba para lo oirlo.Muchas veces levitava sobre las multitudes, para Hacerse visible a todos los que deseaban verlo. Sus palabras confortabam los corazones más angustiados. Sus gestos transmitían serenidad y paz.Sus gestos transmitían serenidad y paz. Él se mantenía siempre inocupado, a la disposición de todos. A buen seguro, incluso Sus mayores enemigos Lo admiraban, y muchos de ellos Lo buscaban para pedirle perdón. Las ofensas a Él dirigidas tenían siempre como respuesta: Padre perdonadles, ellos no saben lo que hacen.

Su mirar piadoso y de infinita misericordia expresaba el más puro amor. Sus manos extendidas sobre las multitudes hacían caer del Cielo una lluvia de gracias. Siempre, en aquellos momentos, los ciegos veian, los sordos oían, los mudos hablaban, los cojos andaban. Y la multitud bendecida, sentía de cerca el gran amor de Dios Padre Creador. Su amor por el mundo se completó en la Cruz, en el momento en que Él miró para el Cielo y dijo: “Padre, en Tus manos entrego mi Espíritu”. ”Así, todo estaba consumado. Aún después de la Ressurrección y antes de Su Ascenso al Cielo, Mi Hijo realizó grandiosos prodigios y todo que Él hizo, lo hizo con amor y por amor de vosotros. Hoy como Medianeira de todas las gracias, hago descender del Cielo una extraordinaria lluvia de gracias sobre cada uno de vosotros aquí presentes y también sobre los que se encuentran aquí, en este momento, de corazón. Si imaginarais el gran amor que tengo por vosotros, lloraríais de alegría. Espero que este grandioso mensaje revitalice vuestra fe y de luz espiritual a cada uno de vosotros, a fin de que toméis cada vez más conciencia de la responsabilidad que tenéis en estos momentos decisivos de vuestra existencia. Ruego a Dios Padre que os colme de Sus bendiciones y de Sus gracias, para que podáis serles fieles. Sabed que Mi Hijo os ama y espera vuestro gran testimonio. Que Él os guarde para siempre.

Este es el pequeño mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trindad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí por más una vez. Yo os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en Paz.”

El mensaje a continuación, n° 458, como registrado anteriormente es el mayor mensaje transmitido por la Reina de la Paz al confidente Pedro Régis, el 02 de noviembre de 1991. Probablemente, es también el mayor mensaje transmitido a un confidente al largo de la historia de las apariciones auténticas de Nuestra Señora.

En este mensaje, la Virgen Maria desarrolló ordenadamente dieciocho temas, dictando el título de cada tema al confidente. El primero, la introducción, es una explicación sobre porqué, Ella se presenta con el título de Reina de la Paz. Después sigue cada uno de los temas escogidos con las debidas exortaciones hasta llegar al final, contándonos algunos hechos desconocidos de la vida de Jesús. Esto no se trata de un mensaje cualquiera. ES una de las pruebas de que realmente la Madre de Dios aparece al confidente Pedro Régis.

Esto y lo que demostramos en este opúsculo. No nos basamos en fantasias o emocionalismos para creer en la presencia de Nuestra Señora en Angüera. Nos basamos en hechos, estudios, meditaciones y reflexiones.

Ahora, ¿Quien era Pedro Régis en 1991? Nacido y crecido en un ambiente rural de una pequeña propiedad en el agreste baiano. Con conocimientos rudimentares de la fe. Aunque meditadamente él jamás podría haber escrito este mensaje a continuación, tan extenso, tan profundo, tan exortativo. Otro hecho es que este mensaje fue escrito en el momento exacto de la aparición en que estaban presentes, aproximadamente, ocho mil personas, inclusive algunos canales de televisión. Por lo tanto, hay miles de testigos y el registro documental del que allí ocurrió en vídeo, el cual Pedro Régis posee una copia.

Destaco aunque, en la época, la Hacienda Malhada Nueva, lugar de las apariciones, no había luz eléctrica y esta aparición ocurrió en la noche, como la mayoría de las apariciones. Nos cuenta Pedro Régis que antes de dictar el mensaje, a Virgen Maria lo pidió que consiguiera más papeles para que el mensaje fuera escrito, pues los que él tenía a la mano eran insuficientes. Fue dada a Pedro el permiso de comunicarse con algunos de los presentes y él pidió más papeles.

Le trajeron una resma. Antes que el mensaje fuese dictado, Nuestra Señora le pidió al onfidente que enumerasse las páginas. Él así lo hizo. Sin embargo, cuando llegó a la altura de la página 30, nos cuenta Pedro, él paró medio atónito y mirando a la Reina de la Paz, Ella le dijo: “Continúe”. Por qué digo atónito? Porque, quien conoce las apariciones de Angüera, sabe que la gran mayoría de los mensajes no ultrapasa de diez páginas escritas con errores garrafales y apresuradamente (es así que él las escribe). Continuando con la enumeración de las páginas, a la altura de la página 50, él para y Nuestra Señora manda que continúe, así susecivamente otras veces. Cuando el confidente enumero la página 130, la Madre de Dios dijo: “Basta”. A partir de ahí comenzó a dictar el mensaje. Cuando el confidente llegó al final de la página 130, Nuestra Señora terminó el mensaje con la frase que siempre termina todas las otras: “Quedad en paz”.

Un hecho que nos llama la atención es que Pedro Régis durante esta aparição permaneció, simplemente, dos horas y media arrodillado como se da en todo éxtasis, el cual relatamos en el capítulo primero. Terminada la aparición, él se levanta normalmente y pasa a leer el mensaje para los presentes, como siempre hace. Fueron otras dos horas delante de la multitud admirada.

En este mensaje n° 458, la Virgen Maria esclarece, luego en la introducción porque se nos presentó con el título de Reina de la Paz. Ella nos dice que es para conscientizarmos de la gran importancia de la paz para la humanidad, y discurre sobre eso, animandonos- exortandonos a encontrar la paz en Su Hijo Jesús, Príncipe de la Paz.

Después de la introducción, Ella propiamente dicta el título de cada uno de los diecisiete temas siguientes, discurriendo cada asunto. He ahí los temas, acompañados de brevíssimos comentarios.

1– Introducción – Exortación a la confianza en Su Protección Materna.

2 – Amaos unos a los otros – Nos ofrece el antídoto contra el odio, la violencia, el egoísmo que nos impiden de amar el prójimo.

3 –Maravillas son vuestras obras, Oh Señor – Nos presenta el Creador por la obra creada (la creación), afirmando que sin Él nuestra vida es inútil.

4 – Eucaristia, Mi Hijo está presente – Nos confirma la presencia real de Cristo en la Eucaristia.

5 – Id por el mundo y predicad el Evangelio – Se dirige especialmente a los obispos y sacerdotes, tratando la indiferencia religiosa, del matrimônio y también exortandolos a una vida que sea señal de la presencia de Dios en el mundo.

6 – Donde está la Verdad? –Vuelve a decirnos donde la Verdad permanece íntegra, nos habla sobre el avance de las sectas, señalándonos, las principales causas de ese avance, a fin de que sea combatido.

7 – No os dejéis engañar por la pseudosofia – Sabiendo que el mundo está transbordado de falsos profetas, Nuestra Señora nos exorta a acautelarnos de ellos.

8 – Os pido confianza – Grandes son nuestras dificultades, la Virgen Maria bien lo sabe, llegando a decir casi en el final: “no Le regateen confianza y generosidad”.

9 – ES necesario creer – Tema dedicado a la Fe.

10 Vuestro testimonio sincero – Nos pide testificar las apariciones y Sus mensajes, sabiendo que ellos conducen al ideal evangélico.

11 – Creados a su imagen y semejanza – No recuerda que fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios, pero el pecado nos, desfiguró, llevando a la humanidad a todas las formas de mal.

12 – La alegría de vuestra presencia – Agradece a los que están escuchándola, ofreciendo el refugio seguro que es su Inmaculado Corazón, animando a seguir en la vida auténtica cristiana.

13 – Madre y Reina de vuestra nación – Siendo Madre y Reina de Brasil, nos alerta de muchos peligros que nos rodean, hablándonos, por ejemplo, de las enseñanzas erroneas de la teologia de la liberación (libertinage)

14 – Cristo es vuestra esperanza – La Esperanza es una virtud teologal, por lo tanto sólo Cristo puede serlo.

15 – Las señales que os ofrezco – Nos muestra el porqué de sus apariciones en el mundo y cual es su objetivo.

16 – Todos vosotros sois iguales – Tema muy importante tratado por la Reina de la Paz: la cuestión del racismo y de la esclavitud. No se trata de igualitarismo societario, pero de la igualdad en la condición de hijos de Dios.

– Os pido vuestra consagración – En este tema, la Reina de la Paz nos pidió nuestra consagración a su Inmaculado Corazón, enseñándonos las palabras con las cuales debíamos consagrarnos. Obs.: Donde se lee João Paulo II, léase siempre el papa actual, pues, obsérvese que antes Ella habla el “sucesor de Pedro”.

18 – Mi obediencia, vuestra felicidad – Termina con este bellísimo tema. Nuestra felicidad verdadera es posible debido al FIAT de la Virgen Maria en la anunciación y después, durante su vida. Renombra hechos desconocidos, con algunos detalles, de la vida de su Hijo Jesuscristo, de la infancia hasta la muerte en la Cruz.

Estos brevíssimos comentarios son tratados muy simploriamente, pues, en un único tema, la Reina de la Paz discurre sobre varias cuestiones, además de exortaciones, incentivo y diversos consejos. También los mensajes de Nuestra Señora no carecen de mucha explicación, pues no versan sobre cuestiones teológicas profundas y ni es esta la finalidad de cualquier aparición como fue dicho en el capítulo quinto, a pesar de encontrar, en determinados mensajes, frases que nos dejan desconcertados.

Ella propiamente nos dice que para cuestiones más profundizadas tenemos el Verdadero Magistério de la Iglesia de Su Hijo Jesús. Lo que la Virgen Maria hace en Sus mensajes es en exortar a un giro de 180°, uno retorno a las verdades olvidadas por cada uno de nosotros.



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