Queridos hijos, el Juez Supremo juzgará a los hombres por sus crímenes. La humanidad sufrirá porque los hombres malvados se han puesto en el lugar del Creador. Vivís en un tiempo peor que el tiempo del Diluvio. Dios fue despreciado por muchos, pero cuando se despierten será demasiado tarde. Por las própias manos de los hombres se preparó su destino. Los sabios se unieron y se prepararon la destrucción en el laboratorio. Los hombres verán la muerte en aquello que existe para dar vida. Oh hombres, regresad. Arrepentiros para recibir la Misericordia del Señor. Oh hijos de la Tierra de Santa Cruz, sufro por aquello que viene para vosotros. Sabed que muchos lugares que vuestros ojos pueden contemplar dejarán de existir. Cuando venir la Ira de Dios, los hombres caerán al suelo de miedo. No os crucéis de brazos. Los que escuchan la Voz de Dios vencerán. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.