Queridos hijos, Mi Jesús está con vosotros en la Eucaristía en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. La Eucaristía es la luz que ilumina la Iglesia de Mi Jesús. Sin la Eucaristía no hay Iglesia, y sin manos que traen luz no hay Eucaristía. La verdad acerca de la Eucaristía y del Sacerdocio es una verdad innegociable. La gran batalla final vendrá, pues los valientes soldados de sotana defenderán a Jesús y a Su Verdadera Iglesia. La falsa iglesia causará gran daño espiritual antes de su derrota. Os pido que seáis defensores de la verdad. No crucéis los brazos. Buscad fuerzas en las Palabras de Mi Jesús y en la Eucaristía. Suceda lo que suceda, no os apartéis del camino que os he señalado. ¡Adelante sin miedo! Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.