Queridos hijos, dos templos y una unión; La ciudad de las Siete Colinas y la Tierra de Santa Cruz. El sufrimiento vendrá a hombres y mujeres de fe. Lo que os digo no podéis entender ahora, pero os pido que intensifiquéis vuestras oraciones por la Iglesia de Mi Jesús. Tened valor, fe y esperanza. Sois importantes para la realización de Mis planes. Dad lo mejor de vosotros en la misión que el Señor os ha confiado. Decid a todos que Dios tiene prisa. La humanidad camina hacia al abismo de la destrucción espiritual. Amad y defended la verdad. Arrepentiros y volved. Lo que tenéis que hacer, no lo dejéis para mañana. En estos tiempos difíciles, buscad fuerzas en la oración y en la Eucaristía. Acoged el Evangelio de Mí Jesús y testimoniad vuestra fe en todas partes. No retrocedáis. Os amo y siempre estaré cerca de vosotros.Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.