Queridos hijos, coraje. No os desaniméis. No retrocedáis. La semilla del mal crecerá, pero el Señor la cortará. Tened confianza, fe y esperanza. Acordaros del grano de mostaza. Es por vuestra fe que la victoria vendrá. Mi Jesús conoce vuestros corazones y sabe lo que de precioso hay dentro de vosotros. No permitáis que los enemigos de Dios venzan. Vosotros sois del Señor y Él está con vosotros. Mi Señor está siempre con Sus escogidos. Amad la verdad y defiéndela. Orad mucho, pues sólo por medio de la oración podéis experimentar las Maravillas de Dios. A los ojos humanos todo parece estar perdido, pero el Señor está actuando, aunque no lo veáis. Confiad. Como prometió, Mi Jesús estará con vosotros hasta el fin. Adelante sin miedo. Yo rogaré a Mi Jesús por vosotros. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.