Queridos hijos, no os desaniméis. Amad y defended la verdad. No hay victoria sin cruz. Os pido que no retrocedáis ante vuestras dificultades. Estáis en el mundo pero no sois del mundo. No estáis solitos. Mi Hijo Jesús está muy cerca de vosotros. Confiad en Él que ve lo oculto y os conoce por el nombre. Vosotros Ministros de la Iglesia de Mi Jesús, llevad la verdad a todos aquellos que están alejados. Decid a todos que la verdad es mantenida integra sólo en la Iglesia Católica. No temáis. Apartaos de las glorias de este mundo y buscad el Cielo. Sois del Señor. No sois del mundo. Este es el tiempo de reconstruir aquello que fue destruido. A ejemplo de Ageo, exhortad a Mis pobres hijos. Estad unidos a ellos en la oración y en la defensa del Verdadero Magisterio de la Iglesia de Mi Jesús. No os olvidéis: En todo Dios en primer lugar. Doblad vuestas rodillas en la oración. Conozco cada uno de vosotros por el nombre y vine del Cielo para llamaros a la santidad. El demonio os quiere en el mundo, pero Yo os quiero conmigo en el Cielo. Buscad fuerzas en las palabras de Mi Jesús y en la Eucaristía. Tiempos difíciles vendrán y sólo aquellos que rezan soportarán el peso de las pruebas. Coraje. En el Señor está vuestra victoria. Adelante. Yo rogaré a Mi Jesús por vosotros. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.