Queridos hijos,Yo vine del cielo para traeros la paz. Abrid vuestros corazones y en todo imitad Mi Hijo Jesús. Dios me ha enviado a vosotros para deciros que sois importantes para Él. No os desaniméis por vuestras dificultades. Mi Jesús está muy cerca de vosotros. Él es vuestro gran amigo y nunca os abandonará. No os olvidéis: pertenecéis al Señor y sólo Él debéis seguir y servir. Dad lo mejor de vosotros a la misión que el Señor os ha confiado. Vuestra gran tentación es parecer cristianos y vivir comprometidos con las cosas del mundo. Vuestra alianza es con el Señor. Estáis en el mundo pero no sois del mundo. Me quedo feliz que estéis aquí. Coraje. Todavía tengo cosas nobles para realizar en favor de los hombres. Sed dóciles. Necesito cada uno de vosotros. En el triunfo final de Mi Inmaculado Corazón, vosotros que sois fieles a Mis llamadas, que serán proclamados bienaventurados. Los ángeles del Señor os guiarán por caminos seguros y no habrá derrota para vosotros. Adelante sin miedo. Yo rogaré a Mi Jesús por vosotros. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.