Queridos hijos, Yo soy vuestra Madre dolorosa. Yo vine del Cielo para bendeciros y deciros que pertenecéis al Señor. No os desaniméis. Mi Jesús está a vuestro lado. Coraje. No hay victoria sin cruz. Doblad vuestras rodillas en oración. La población de Europa disminuirá de manera alarmante. Multitudes buscarán socorrro en muchas regiones de la tierra. Ricos y pobres caminarán en la misma dirección y comerán el mismo pan. La fe estará presente en pocos corazones y la Iglesia de Mi Jesús sufrirá también. Naciones paganas acogerán el Evangelio y Jesús será amado. Grande serán las tribulaciones, pero al final será la victoria de Dios con el triunfo definitivo de Mi Inmaculado Corazón. Adelante sin miedo. Estoy a vuestro lado, aunque no me veáis. Sed mansos y humildes de corazón, y todo estará bien para vosotros. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.