Queridos hijos, vine del cielo para conduciros a Mi Hijo Jesús. Él es la puerta que os conducirá a la salvación. No viváis alejados. Mi Hijo Jesús es el Camino, Verdad y Vida. No os quedéis de brazos cruzados. He aquí el tiempo oportuno para vuestro regreso a Aquél que ve lo que está oculto y os conoce por el nombre. Vivís en el tiempo de grandes tribulaciones, pero todavía tendréis largos años de duras pruebas. Doblad vuestras rodillas en oración. Vuestra victoria está en el Señor. Convertiros, y volved. Lo que tienes que hacer, no dejéis para mañana. Yo soy vuestra Madre y sufro por causa de vuestros sufrimientos. La cruz será pesada para Mis pobres hijos. Los que están en el norte de Argentina gritarán por socorro. No retrocedáis. Tened valor, fe y esperanza. Yo rogaré a Mi Jesús por vosotros. Adelante sin miedo. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.