Queridos hijos, os amo como sois. No perdáis la esperanza. Entregaros al Señor y Él os sostendrá. Sólo en Él está vuestra victoria. Doblad vuestras rodillas en oración. He aquí el momento oportuno para vuestro regreso. Huid del pecado y servid Aquél que es vuestro Camino, Verdad y Vida. La humanidad vive en las tinieblas del pecado y Yo veni del cielo para traeros la Luz. Sed dóciles. Conozco cada uno de vosotros por vuestro nombre y rogaré a Mi Jesús por vosotros. Coraje. Un doloroso acontecimiento se llevará a cabo en Berlín y Mis pobres hijos cargarán pesada cruz. Semejante acontecimiento tendrá lugar en Ica. Rezad. He aquí los tiempos difíciles para la humanidad. No crucéis los brazos. Mi Hijo os ama y os espera con el inmenso amor de Padre. Adelante sin miedo. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.