Queridos hijos, escuchad la voz de Dios y entregad a Él vuestra propia existencia. Alejaros de todo aquello que ofende al Señor y decid no a los proyectos del demonio. Sois del Señor y sólo Él debéis seguir y servir. Cerrad vuestros oídos a las canciones que os llevan al pecado. Tened cuidado. Las canciones deben hacer el bien a las almas y no alejaros de la gracia. Dios se entristece con la humanidad y es llegado el momento del gran regreso. Yo soy vuestra Madre y quiero ayudaros. Abrid vuestros corazones a Mis llamadas y seréis conducidos a la santidad. No temáis. Mañana será mejor para los hombres y mujeres de fe. Agadez y Al Hoceima: la muerte y será un gran sufrimiento para Mis pobres hijos. Rezad, rezad, rezad. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.