Queridos hijos, arrepentiros sinceramente de vuestros pecados y servid al Señor con amor y fidelidad. La humanidad se ha contaminado con el pecado y es llegado el momento para vuestro regreso al Dios de la salvación y de la paz. Os pido que viváis audazmente Mis llamadas y buscad en todas partes testimoniar que pertenecéis al Señor. La humanidad camina hacia el abismo de la destrucción que los hombres prepararon con sus propias manos. Convertiros. Si os convertierais, muy pronto la humanidad será sanada espiritualmente. Doblad vuestras rodillas en oración, pues la fuerza de la oración transformará los corazones endurecidos. La cruz será pesada para los que están en Cher y Tanta. Sufro por aquello que viene para vosotros. Regresad deprisa. Mi Señor os ama y os espera con los brazos abiertos. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.