Queridos hijos, Dios tiene prisa. No crucéis los brazos, pero esforzaros para vivir en Su gracia. He aquí el momento oportuno para vuestro regreso. Abrid vuestros corazones y decid vuestro sí a la llamada del Señor. Vivís en un tiempo peor que el tiempo del diluvio y es hora de arrepentiros. Dad lo mejor de vosotros a la misión que el Señor os ha confiado. Conozco vuestras necesidades y pediré a Mi Jesús por vosotros. No quiero obligaros, pero escuchadme. Yo vine del cielo para llamaros a la conversión. Acoged Mis llamadas. Llenaros del Amor de Dios y seréis grandes en la fe. Mi Jesús os ama inmensamente. Él es vuestro Todo y sin Él nada podéis hacer. Tened confianza, fe y esperanza. Nada está perdido. Cuando todo os parece perdido vendrá a vosotros la gran victoria de Dios. No retrocedáis. Alegraros, pues vuestros nombres ya están escritos en el cielo. Soy vuestra Madre y sufro por aquello que viene para vosotros. Sonrisa será triste y tierra de la Rosa (Lima-Perú) cargará pesad cruz. Rezad, rezad, rezad. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.