Queridos hijos, confiad en el poder de Dios y todo estará bien para vosotros. Quién está con el Señor experimentará la gracia de la victoria. Su nombre Santo y poderoso es el la embarcación que os llevará al Paraíso, incluso a través de las tormentas de este mundo. No hay victoria sin cruz. Yo pediré a Mi Jesús por vosotros. Abrid vuestros corazones y mañana será mejor. Cuando todo os parece perdido vendrá a vosotros la gran victoria de Dios. La tierra será transformada y los hombres verán la poderosa Mano de Dios actuar. Los signos de muerte presentes en este mundo ya no existirán más. Será este el tiempo del triunfo definitivo de Mi Corazón Inmaculado. Los elegidos de Dios verán nuevos cielos y nueva tierra. Coraje. Vuestra mayor riqueza son los talentos que el Señor os ofrece. Usadlos para el bien de vuestros hermanos. Adelante sin miedo. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.