Queridos niños, vivid vueltos para el paraíso para los que solo fuistes creados. Desead las cosas del cielo, pues todo en esta vida pasa, pero los tesoros de Dios dentro de vosotros serán eternos. Sed justos pues el Señor ha reservado para Sus escogidos, lo que los ojos humanos jamás han visto. Después de toda tribulación habrá una gran transformación en la tierra. Todo aquello que ahora contempláis será diferente. Los elegidos del Señor se alegrarán con aquello que verán. Veréis nuevos cielos y nueva tierra. Las promesas de Dios se llevarán a cabo en favor de Sus elegidos. Coraje. Rezad. Sólo en la oración podéis comprender el propósito de Dios para vuestras vidas. Yo soy vuestra Madre y os amo. Animaos, pues vuestros nombres ya están escritos en el cielo. Adelante en el camino que os he señalado. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido que reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.