Queridos hijos, buscad al Señor que os ama y os espera con los brazos abiertos. Vivís en el tiempo de grandes confusiones espirituales y es llegado el momento de vuestro sí a la llamada del Señor. No permitáis que el mal tome posesión de vuestros corazones. Sois del Señor. Yo vengo del cielo para conduciros al camino del bien y de la santidad. No retrocedáis. Estad atentos. Lo que tienes que hacer, no dejéis para mañana. Animaos. Yo pediré a Mi Jesús por vosotros. Cuando sintáis el peso de la cruz, llamad por Jesús. Sólo él es vuestro Todo, y sin él nada podéis hacer . Un acontecimiento asombroso ocurrirá en Alemania. La muerte pasará y Mis pobres hijos experimentarán pesada cruz. Adelante en el camino que os he señalado. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.