Queridos hijos, doblad vuestras rodillas en oración. Abrid vuestros corazones y aceptad la Voluntad de Dios para vuestras vidas. Vivís en el tiempo de grandes confusiones espirituales. No os apartéis de Jesús. Creed firmemente en Su Evangelio y en todas partes testimoniad vuestra fe. Estad atentos. Los enemigos de Dios quieren apartaros de la verdad. Habrá gran confusión en la Casa de Dios y muchos tendrán la fe removida. El humo del demonio se esparcirá por todas partes causando ceguera espiritual en muchas almas. Acordaos siempre que en Dios no hay media verdad. Mi Jesús es la Verdad Absoluta del Padre. Escuchadlo. Suceda lo que suceda, no os apartéis de la verdad. Yo soy vuestra Madre Dolorosa y sufro por aquello que viene para vosotros. Dadme vuestras manos, pues deseo conduciros a Aquel que es vuestro Camino, Verdad y Vida. No os crucéis de brazos. Dios tiene prisa. Lo que tenéis que hacer, no lo dejéis para mañana. Valor. En las manos el Santo Rosario y las Sagradas Escrituras; en el corazón, el amor a la verdad. Animaros y en todo sed como Jesús. Adelante. Yo rogaré a mi Jesús por vosotros. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.