Queridos hijos, vivís en el tiempo en que la criatura es más valorada que el Creador. El pecado de la desobediencia a los Mandamientos de Dios llevará a la humanidad al Abismo espiritual. Sufro por aquello que viene para vosotros. Doblad vuestras rodillas en oración. Alejaros del pecado y servid al Señor con fidelidad. Vine del Cielo para llamaros a la conversión. No crucéis los brazos. Acoged las Enseñanzas de Mi Jesús y escuchad el Verdadero Magisterio de Su Iglesia. La posesión de la poderosa arma por los terroristas causará gran preocupación para los hombres. Estad atentos. Vivís en el tiempo de los grandes conflictos. Volved deprisa. Lo que tenéis que hacer, no lo dejéis para mañana. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.