Queridos hijos, prepararos para la Navidad. El Amor viene a vosotros y transformará vuestras vidas. Sed dóciles. Abrid vuestros corazones y acoged Aquél que viene. Purificad vuestro corazón y depositad vuestra confianza y esperanza en Mi Hijo Jesús. Su presencia transforma y santifica. La humanidad encontrará la paz cuando los hombres se abriesen a Mi Hijo Jesús. Todo el dolor será transformado en alegría y los justos han de experimentar las riquezas ofrecidas por el Señor. Abrid vuestros corazones a la Luz de Mi Hijo Jesús, pues sólo entonces podéis experimentar Su presencia en esta Navidad. El Señor ha preparado para vosotros lo que los ojos humanos jamás han visto. Adelante con alegría. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.