Queridos hijos, Yo soy vuestra Madre y quiero veros felices ya aquí en la Tierra y más tarde Conmigo en el Cielo.No viváis en el pecado. Arrepentiros, y reconciliaros con Dios. No dejéis que la oscuridad del demonio os alejen del Señor. Este es el momento oportuno para vuestro regreso. Lo que tienes que hacer no dejéis para mañana. Dios tiene prisa. Acoged Mis llamadas. No quiero obligaros, pero estad atentos a Mis llamadas. Llenaros de esperanza. Poned vuestra confianza en Jesús. En Él está vuestra salvación. Entregad a Él vuestra propia existencia. Vivís en el tiempo de las grandes pruebas espirituales. Cuando sintáis el peso de la cruz, no retrocedáis. Vosotros no estáis sólitos. Siempre estaré cerca de vosotros, aunque no Me veáis. La humanidad está enferma y necesita ser curada. Días difíciles vendrán para los hombres y mujeres de fe. Habrá gran persecución del pueblo de Dios, pero la victoria será vuestra. Coraje. Os amo como sois. Escuchadme. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Quedad en paz.