Queridos hijos, contemplad Mi Hijo Jesús que vino al mundo para traeros la liberación y salvación. Su nacimiento trajo esperanza para la humanidad. Alegraros porque sois importante para Mi Jesús. Él es vuestro gran amigo y espera mucho de vosotros. La humanidad se alejó de la esperanza que Mi Jesús vino a ofrecer a los hombres. Muchos abrazaron la oscuridad y rechazaron la luz de la verdad. Volveos a Jesús. Abrid vuestros corazones a Aquél que es vuestro Bien Absoluto y os conoce por el nombre. No viváis alejados de Su gracia, pero rsforzaros para seguir y servir a Mi Hijo Jesús. Él está en control de todo. No os quedéis desesperados. Confiad plenamente en Jesús. Su poder transformará la Tierra y vendrá un nuevo tiempo de paz para los hombres. Después de la gran y dolorosa tribulación, la luz que guió a los hombres de Dios brillará en el Cielo y todos los hombres verán. Será este el tiempo del triunfo definitivo de Mi Inmaculado Corazón. La humanidad estará en paz y todos vivirán felices. Coraje. Adelante sin miedo. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.