Queridos hijos, Yo soy la Madre de Gracia y Misericordia. Vivid vueltos al Paraíso para el cual únicamente fuisteis creados. No viváis alejados de la gracia. Pertenecéis al Señor y sólo a Él debéis seguir y servir con fidelidad. Alejaros de todo aquello que paraliza en vosotros el amor de Dios. Vivís en el tiempo de las grandes tribulaciones. Rezad mucho delante de la cruz. Arrepentiros y volved a Mi Hijo Jesús. Él es vuestro Todo y sólo en Él está vuestra verdadera liberación y salvación. Os pido que continuad en el camino que os he señalado. No quiero obligaros, pero lo que digo debe ser tomado en serio. Dios tiene prisa. Lo que tienes que hacer, no dejéis para mañana. Sed fieles al Evangelio de Mi Jesús. Escuchad la voz de la Iglesia y en todas partes testimoniad que sois verdaderamente de Cristo. Sufro por causa de vuestros sufrimientos. Sivas y Azerbaiyán: La muerte vendrá y el dolor será grande para mis pobres hijos. Rezad, rezad, rezad. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.