Queridos hijos, volveos al Señor. En Él está vuestra esperanza. Sólo a través de Su gracia podéis construir un mundo más justo y fraterno. No os dejéis engañar por la falsa sabiduría. Abrid vuestros corazones al Espíritu Santo y jamás seréis confundidos. Los hombres, a través de sus conocimientos, lograrán grandes conquistas, pero cuando quisieron ser como Dios, perdieron la paz y están caminando como ciegos guiando a otros ciegos. La humanidad cargará pesada cruz y ningún hombre podrá detener aquello que está por venir. Un incendio destructivo proveniente de las profundidades de la tierra provocará grandes cambios en la naturaleza. Muchas regiones de la tierra quedarán desiertas.La muerte viajará dentro de la tierra y causará destrucción en muchos Países. Sufro por aquello que viene para vosotros. Doblad vuestras rodillas en oración. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.