Queridos hijos, Dolores vivirá angustiada por ver la devastación en Belo Monte. La tierra está llena de maldad y los hombres caminan como ciegos espiritualmente. Yo sufro por causa de vuestros sufrimientos. Os pido que viváis con coraje el Evangelio de Mi Jesús. No viváis alejados de la gracia de Dios. Abrid vuestros corazones y servid al Señor con fidelidad. Conozco cada uno de vosotros por vuestro nombre y rogaré a Mi Jesús por vosotros. Apartaros de todo aquello que paraliza el verdadero amor de Dios y volveos a Aquél que os ama y espera de brazos abiertos. Adelante sin miedo. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y al Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.