Queridos hijos, Mi Jesús es la Luz del mundo y sólo Él es vuestro único y verdadero Salvador. Confiad en Él que ve lo que está oculto y os conoce por el nombre. No os desaniméis. Dios está a vuestro lado. Coraje. Nada podrá en contra vosotros cuando estáis con el Señor. Doblad vuestras rodillas en oración. La humanidad está enferma y necesita ser curada. No os alejéis de la verdad. Sois importantes para la realización de Mis planes. Dad lo mejor de vosotros a la misión que el Señor os ha confiado. Yo soy vuestra Madre y soy incansable. Vengo para mostraros el camino. No os quedéis estancados. Vuestra vida pertenece al Señor. Sois los elegidos de Dios y Él espera vuestro sí sincero y valiente. Italia beberá el cáliz amargo del dolor. Un acontecimiento asombroso se llevará a cabo en Roma y se repetirá en el norte de Francia. Yo soy vuestra Madre dolorosa y sufro a causa de aquello que os espera. Rezad mucho delante de la cruz. Quién está con el Señor jamás sentirá el peso de la derrota. Adelante. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.