Queridos hijos, no os desaniméis por vuestras dificultades. Dios está con vosotros. En la alegría o en el dolor,confiad plenamente en Mi Hijo Jesús. Cargad vuestra cruz con confianza. Os conduciré a Mi Hijo Jesús. Coraje. Yo soy vuestra Madre y vine del cielo para llamaros a la conversión. No os quedéis en el pecado, pero escuchad la llamada del Señor y volveos. Él os ama y os espera con los brazos abiertos. La humanidad vive tensiones y es el momento para vuestro regreso. Dad lo mejor de vosotros a la misión que el Señor os ha confiado y seréis recompensados generosamente. Aquel diciembre de dolor volverá a atormentar a Mis pobres hijos. Asia temblará y grande será el sufrimiento para Mis pobres hijos. Doblad la vuestras rodillas en oración, pues sólo a través de la oración podeis alcanzar la gracia de Dios. Adelante sin miedo. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Os bendigo en el nombre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.